Después de Williams
Del mundo.
A diferencia de la
ATP, donde al “Big 3” se han sumado figuras como Del Potro y Murray, en el
circuito WTA parecía haber lugar solo para una. Aunque hablar del legado
Williams es referirse a dos de las mejores tenistas en la historia, la joya de
la corona pertenece a una. Serena Williams irrumpió en el circuito de manera
contundente, con más de trecientas semanas liderando el ranking, siendo la
tercer mujer con más tiempo sosteniendo el primer lugar. Entre 2013 y 2016,
Serena se consagró en lo más alto, a donde intentaron, y lograron llegar aunque
de manera efímera, algunas de las mejores rivales a la que ha tenido que batir.
Antes de la era
Williams, fue Azárenka quien ostentó el número uno del mundo. Entonces la lucha
por mantenerse en la cima parecía abierta, sin embargo, apenas Serena logró
hacerse de la corona, muy pocas han compartido su reinado. Quizá una de las
rivalidades más claras que ha sostenido la menor de la Williams ha sido contra
la alemana, Angelique Kerber. Tres finales de Grand Slam, en las que Kerber se
ha coronado dos veces. La primera en el Australia Open de 2016, y la siguiente en
Wimbledon, donde la cuenta sigue empatada en finales entre ambas. Otra de las
tenistas que interrumpió momentáneamente el dominio de la norteamericana, fue
Garbiñe Muguruza quien, también en 2016, evitó que Williams sumara otro Grand Slam,
esta vez, en la final del Rolland Garros.
Pequeños momentos durante
los cuales, solo grandes como Kerber y Muguruza, lograron dificultar a Serena
su estadía en el número uno del ranking. Lo mismo que Osaka y Halep, quienes en
2018 y 2019 respectivamente, vencieron a la leyenda en finales. En ambas
ocasiones, Williams cayó en dos sets, con marcadores muy similares, siendo un
indicativo de lo que, para muchas personas, parece el fin de un ciclo en el
tenis. Pese a tocar lo más alto, ni Naomi, ni Simona lograron mantener un ritmo
competitivo tan elevado, teniendo más temporadas irregulares que constantes. De
ahí que el ranking de la WTA se mantuviera en constante cambio, a la espera del
regreso de Serena o, lo que parece estar ocurriendo, la aparición de una
verdadera heredera.
A sus veinte años, Iga Swiatek ha tomado el relevo que la retirada de Ash Barty parece haberle concedido. Sin la australiana en pista, Iga cuenta con la mejor técnica del circuito, además de una voz y carácter propios. En lo que va de 2022, la polaca ha ganado sus tres finales disputadas, sin ceder un solo set en Miami. En Australia, solo las dos eventuales finalista del Australia Open, lograron retenerla en semifinales, razón por la que, muy pronto en el año, escalaría hasta el número uno del ranking. De momento, Swiatek se perfila como la nueva reina del circuito, donde parece ser la rival a vencer. Resultados optimistas para el comienzo de una nueva época, que de a poco, tendremos que acostumbrar a llamar post-Williams pues, aun con un récord pendiente motivando a la estadounidense, si algo nos demuestra Iga es que, al parecer, sí existe el tenis después de Serena.
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