Las mejores del mundo
Del mundo.
Hace
unos años se afirmaba que Estados Unidos poseía los dos mejores equipos del
mundo. Aquella generación cultivada y dirigida por Jill Ellis, alcanzó la gloria
consagrándose en cada torneo donde competían. No había en el planeta equipo que
se le pudiera comparar, ni la Brasil de Marta ni la revolucionaria “Naranja Mecánica”
de Wiegman. Sin embargo, pese a prolongar los mejores años de sus futbolistas,
Ellis supo advertir el final de su viaje, y quizá, también el de su reinado.
Aunque no de manera abrupta, el equipo estadounidense desaceleró su ritmo,
entrando en una transición mucho más mesurada en su juego.
En su
lugar, a nivel clubes, el Lyon logró apoderarse del escenario. Jean-Michel
Aulas llegó a la presidencia de la entidad en 1987 y, aunque su compromiso con
el fútbol femenino tardó en mostrarse, no tuvo reservas al momento de apostar
por este. En 2007, Aulas realizó una operación que, en años posteriores,
emularía el Real Madrid, adquiriendo al F.C Lyon. De ese modo, el OL comenzó a
forjarse, dando proyección a las futbolistas que, hasta la fecha, conforman los
pilares de este equipo. Buohhaddi, Renard, Henry, Le Sommer y Hegerberg son los
nombres más notables de aquella escuadra que, desde 2016 hasta 2020, serían
campeonas de Europa.
No obstante,
al igual que el equipo de las barras y las estrellas, el Lyon tuvo que ceder
ante la desestabilización que, generalmente, provoca la transición de plantilla.
Aquello, aunado al desarrollo paulatino del fútbol femenil, obligó a la
historia a cambiar de rumbo, esta vez, con destino a Barcelona. Un club que, de
acuerdo con su filosofía, decidió formarse partiendo de las bases. Respetando su
identidad, el Barça comenzó a apostar por las futbolistas. Sin una cantera netamente
blaugrana, el club buscó formar una plantilla donde el talento español lograra
el equilibrio con el extranjero.
Una
fórmula que sirvió para adueñarse de la Copa de la Reina, recuperar la liga y, en
2019, casi convertirse en campeonas de la UWCL. Desafortunadamente para la
afición culé, aquel año el Barcelona tuvo que conformarse con el subcampeonato,
saliendo de Budapest con un solo objetivo en mente. Sin duda, eran un equipo
ganador, acaparando los títulos regionales y nacionales pero, todavía con ciertas
limitantes. El físico de las españolas seguía siendo inferior al de equipos
como el Wolfsburg o el Lyon, que lograban compensar lo táctico con una
condición capaz de mantenerse a su máximo nivel durante todo el partido.
Un elemento
que, terminó por convertir al Barcelona en el mejor equipo de Europa. Después
de apostar por un entrenamiento que permitiera a las futbolistas blaugranas
crecer en fortaleza y velocidad, el equipo dirigido entonces por Lluís Cortes,
no conoció rival capaz de vencerles. De esa manera, se consagraron como el
único club en alcanzar un triplete en ambas ramas, y ganarse el título de
favoritas en todas las competiciones. Habían alcanzado su mejor estado, o eso
pensamos hasta la designación de Giráldez como nuevo DT del equipo.
Poco ortodoxo en algunos planteamientos, Jonatan parece estar alcanzado la máxima expresión de la filosofía sobre la que se construyó este equipo. Una plena adaptación de las extranjeras al estilo de juego y la consagración de las futbolistas de casa hacen de la plantilla del Barcelona la más poderosa en la actualidad. Por más que nos acostumbremos a la inteligencia de Alexia, a las definiciones de Hermoso o creatividad de Martens, cualquier día Giráldez puede rotar al equipo, plantear un once totalmente distinto, y seguir jugando, además de ganar, de la misma manera. Ahora, después de consagrarse a nivel clubes, quizá lo que siga para las futbolistas del Barça, sea replicar el éxito con su selección, para poder afirmar que, ahora es España quien cuentan con los dos mejores equipos del mundo.
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