Futbol a contrarreloj
De Londres, Inglaterra.
Cada vez resulta más difícil hablar de
Pernille Harder, una futbolista que ha alcanzado la excelencia a nivel individual,
en medio de copas y ligas, pero nunca un título a nivel continental. Su figura aparece
siempre a lado del trofeo, lejos de las celebraciones. En cada final perdida, se
lee algo distinto en su rostro, pensativo, probablemente con más dudas que
respuestas en la cabeza. Resulta increíble que la dos veces Mejor Futbolista de
la UEFA no tenga en su palmarés una UWCL. Desde aquella derrota en 2018, Harder
ha pasado de la desilusión a la rabia. Una sensación que refleja partido
a partido, como si de cada pase dependiera tan ansiado título. Por lo menos esa
es la impresión que dejó en el primer partido del Chelsea ante el Wolfsburg. El
encuentro en Kingsmeadow fue, sorpresivamente, de suma dificultad para las Blues,
con mucho mérito para el cuadro alemán.
El Wolfsburg, todavía sin ser favorito,
ha jugado con la agresividad y aceleración que en años pasados le valió meterse
a dos finales. Este no es un equipo ordenando, tampoco de muchas ideas. Toma
apenas lo necesario el balón, incluso, parece incómodo con él, salvo por
aquellos latigazos lates que logra desplegar de manera casi demente al ataque.
Stroot lo tiene claro, en el futbol la meta es el gol, y ese parece el único
objetivo de este equipo. Aunque en su plantilla cuenta con talento para mostrar
un mejor toque y mayor cantidad de pases, a las Wölfinnen poco les interesa
eso. Por supuesto, aquello no evita que la calidad de las jugadoras se haga
presente cuando se trata de marcar. Sobre todo al mirar el segundo gol Waßmuth
que, con un trazo tan elegante como potente, puso en jaque al Chelsea de Emma
Heyes.
Un momento difícil que lograron sobrellevar gracias a Pernille Harder. La danesa no dudó en encararse con el rival cada vez que alguna de estas osaba derribarla, e incluso reclamar cuando su propia compañera le quitó un disparo del pie. Durante noventa minutos, Harder regaló gestos técnicos, además de carreras descomunales a lo largo y ancho del campo. No obstante, fue hasta después del tiempo reglamentario cuando Pernille se encontró con el gol. Entonces liberó la presión en un grito que hizo al Chelsea rescatar el encuentro. Para nada el debut esperado, como tampoco lejos de su último partido ante el Barcelona. Los fantasmas en defensa resultan problemáticos, especialmente cuando estos no saben comunicarse. Por ahora, el reloj se ha puesto en marcha, con el Chelsea buscando consagrarse en Europa, y con Pernille buscando el título para el que, cada temporada, se reducen las oportunidades.
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