Tierra de nadie
De Norteamérica.
Hablar de la
CONCACAF resulta peligroso. En esta confederación no existe partido o resultado
predecible. Aquí la afición mendiga futbol, un arte tan poco practicado por las
selecciones, que importan su propio talento para medirse unos con otros. Hace
años que no se ve un “Emperador” o un “Capitán América” y, en su lugar, se han
alzado ídolos mediáticos, lejanos, esporádicos, que el hincha adora por un instante,
y aborrece el resto de su vida. Así es la volatilidad de esta región del
planeta, donde basta un mal día para despedir a todo el banquillo, y una copa
barata para engrandecer a desconocidos.
Es incuestionable
que, hace años la Selección Mexicana vende nostalgia por Estados Unidos, y cuando
juega en casa, se suma a los fraudes de los que tanto adolece este país. Sin
embargo, no por nada es esta, su afición, la segunda con mayor presencia en
mundiales. Su lealtad y pasión se viven y sufren como muy pocas, tan solo
comparables con el amor que muestran los sudamericanos. Es tan grande la
fidelidad hacia El Tri que, cuando al Coloso de Santa Úrsula se le prohíbe la
entrada, no solo las butacas aparecen vacías, también el juego. El único
partido disputado como locales en esta tercera ronda rumbo a Catar 2022 ha
sido, además de insípido, angustiante, pues quien antes era un gigante, ahora
rescata partidos contra selecciones que desde el 98 no asisten a un mundial,
como Jamaica.
Asimismo, Martino
no ha logrado convencer a nadie con esa posesión de balón que nada aporta a un
estilo de juego confuso y escaso de ideas. Desde el accidente que dejó fuera de
las canchas a Raúl Jiménez por algunos meses, el técnico argentino se ha
enfrentado a una crisis en la búsqueda de un ‘9’. Por supuesto, aquello desató
una serie de debates, entre los que se recordó la ausencia de Javier “El
Chicharito” Hernández, que sigue siendo un misterio sin explicaciones ni
coherencia. En medio del desfile de nombres, Henry Martín y Rogelio Funes Mori
fueron los llamados para devolver el gol a la selección. No obstante, ninguno
ha logrado cubrir la cuota de goles esperada, cargando la presión particularmente
sobre el delantero naturalizado, tan respaldado por el propio Tata. De esa
manera, el Tri aparenta calma en medio de una ola de quejas y críticas, cada
vez más grande.
Lo que resulta más
escandaloso es que, aún ganando por la mínima y salvando empates, México marche
primero en la tabla. Más todavía, solo en una zona como la CONCACAF, el actual
campeón de la Copa Oro y vigente defensor de la Nations League, se encuentra en
tercer lugar con cinco puntos de nueve posibles. Ese es el caso de Estados
Unidos, que ha permitido a Ricardo Pepi emular una de esas viejas historias de
héroes locales. El jugador de Dallas, con apenas 18 años de edad, enderezó el juego
frente a Honduras pues, aún como favoritos, los de las barras y las estrellas comenzaron
perdiendo el encuentro. Fue durante la segunda mitad del partido cuando Pepi lució,
asistiendo y marcando para sellar el triunfo de cuatro a uno en su visita a San
Pedro Sula.
La trinidad conformada
por México, Estados Unidos y Costa Rica, supuestamente dominadores de la
región, atraviesa uno de sus episodios más lamentables, sobre todo cuando los
ticos se encuentran, por ahora, incluso fuera del repechaje. En su lugar, hemos
visto una Canadá inspirada, que parece mantener la inercia de sus colegas
durante los Juegos Olímpicos. Claro, la magia de la CONCACAF, por la que tantos
se han planteado visitar al psiquiatra, hace posible que, hasta el último
minuto de los partidos clasificatorios, nada esté definido, y un gol oportuno sea
suficiente para obtener un boleto a la fiesta más grande del balón.
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