De Tokio 2020 (en 2021)
Jornada 5.
Cada torneo existe
la posibilidad de encontrar historias como las de Japón en 2011 o Inglaterra en
2019, equipos que logran superar los estándares y forjar sueños impredecibles. Ese
es ahora el caso de Canadá en Tokio 2020, el de una selección que desplazó a
las locales en la fase de grupos, que supo romper el ritmo de la samba brasileña,
que para hacer historia no tuvo miedo de medirse contra las número uno del mundo.
El trabajo de Bev Priestman es evidente, llegando a ser este triunfo una consecuencia
propia de lo hecho por la entrenadora desde su llegada en 2020. Conocedora del
proceso de la selección canadiense, habiendo dirigido categorías inferiores, con
experiencia en Inglaterra, Priestman ha logrado que el juego de Canadá, más
táctico que técnico, nos recuerde porqué el conjunto de la hoja de maple es uno
de los mejores en el planeta.
El clásico de la
CONCACAF se hizo presenté en las semifinales del torneo de futbol en los Juegos
Olímpicos (JJOO). Un partido inusual, no por sus protagonistas, que bien conocen
esta fase eliminatoria, sino por el momento que cada una de ellas atraviesa.
Por un lado, Estados Unidos (EEUU), que bajo el mando de Vlatko Andonovski ha
aprendido a sufrir, a jugar con el marcador y el reloj en contra. El ocaso de una
generación dorada ha coincidido con una falta de propuesta táctica, que sepa
aprovechar el talento presente y gestionar la galaxia de estrellas que parece
cada vez más lejana. En contraste, la selección canadiense, sin un futbol
brillante, se ha convertido en un equipo prodigioso en la estrategia. Canadá
sabe filtrar balones, saltar el medio campo, apretar en la marca, retroceder de
forma sincronizada y definir a tiempo para aprovechar al máximo sus fortalezas
y reducir sus debilidades.
El uno por cero
conseguido por las canadienses, aunque vencer a EEUU siempre sea una novedad, no
ha sido una coincidencia. La actuación de Labbe en el fondo es, partido a
partido, un factor determinante, brindando seguridad bajo los tres palos. Su
participación en Tokio 2020, sin que se hable mucho de ella, es superlativa
pues, en una competición tan corta, en cinco partidos, solo ha recibido tres
goles. Una estadística que, para un equipo como Suecia, segunda finalista tras
vencer a Australia también por la mínima, deberá ser relevante ya que, pese a
los triunfos, las suecas han perdido la facilidad de juego y gol. En su mejor
actuación en JJOO, las Matildas se quedaron a un paso de competir por el oro,
aunque el bronce aún por disputarse no parece un mal resultado. Pensando en el futuro
mundial a celebrarse en Australia y Nueva Zelanda, el cuadro australiano puede
confiar en tener una buena actuación ante su público.
Cuatro selecciones con cuatro contextos sumamente distintitos. EEUU, que desde 2012 no alcanza el podio, arrastrando la que parece una maldición para las campeonas mundialista pues, desde 1995, ninguna campeona del mundo ha logrado llevarse la medalla de oro al año siguiente durante los JJOO, y las estadounidenses no son la excepción. En contraste, Australia está a punto de sumar su primea medalla olímpica, en caso de vencer. Mientras, Suecia puede superar su mejor resultado en caso de colgarse el oro, y Canadá, sin importar el resultado, habrá superado los bronces conseguidos en las dos últimas ediciones del torneo.
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