Alexandra Magna

 

Foto: Stuttgarter Zeitung 


De Londres, Inglaterra.

Dicen que el fútbol siempre devuelve. No importa si la pelota juega a ser caprichosa, ésta siempre sabe reconocer a quienes la hacen lucir y disfrutar. Tal es el caso de la delantera germana, Alexandra Popp. Multipremiada a nivel clubes pero que, en ediciones pasadas, no había podido participar de la Eurocopa. Tanto en el torneo celebrado en 2013, como en 2017, la delantera no llegó a ser parte de la convocatoria por problemas físicos. Una historia que parecía comenzar a repetirse cuando, a inicios de 2021, sufrió una nueva lesión en la rodilla. Sin embargo, está vez, estaba en el destino que, la pandemia que paralizó al mundo corriera en su favor. La decisión de posponer las competiciones europeas a nivel selección, dio tiempo a Popp para regresar a las canchas apenas en marzo de este año.

En apenas un par de meses, Alex demostró un gran nivel sobre el césped, participando incluso del impecable partido del Wolfsburg ante el Barcelona en semifinales de la UWCL. Aquello, aunado a su conocida trayectoria, no dejaron espacio para dudas cuando su nombre apareció entre las convocadas por Martina Voss-Tecklenburg. Entonces su llamado a la selección parecía el de un rol con mayor presencia en el vestuario. Siendo de un carácter lleno de liderazgo y pasión, Popp debía servir de brújula para una generación alemana todavía pendiente de probar su capacidad de éxito. No obstante, llegada la cita, aún como suplente en los primeros partidos de fase grupos, Alex dejó muy claras sus intenciones, aportando mucho más que solo experiencia. La número ‘11’ llegó inspirada, marcando en cada partido y, con ello, demostrando una ambición superlativa.

Aunque el deseo competitivo siempre ha formado parte de las grandes leyendas, las más recientes estrellas deportivas han forjado su figura en otros aspectos, con énfasis en el patrocinio de marcas. En la actualidad, pareciera que el talento de los y las futbolistas es proporcional al número de campañas y anuncios de los que forman parte. Evidentemente, la popularidad y visibilidad, sobre todo en las ramas femeniles, resulta de suma importancia y valor, sin embargo, existen atletas que no requieren de reflectores gigantes pues, brillan por sí mismos. No hay mejor narrativa que la de la vida misma, ni precio que se compare con alcanzar la gloria. Dos cosas que Alex, además de ejemplificar, logró conocer en primera persona.

De quedar fuera de la convocatoria en dos ocasiones, superar una ruptura de cartílago, para luego convertirse en la heroína de una semifinal, siendo la única futbolista en haber marcado en cada partido hasta esa instancia. Esa es la historia de Alexandra Popp, a quien el fútbol supo recompensar, haciéndola protagonista en uno de los escenarios más grandes en la historia del fútbol. Fue en el torneo de los récords donde Popp consolidó un regreso brillante a la selección que, no obstante, tuvo que terminar minutos antes de poder escribirse el capítulo final. De la misma manera en que la pelota dio a Alex la oportunidad de engrandecer, todavía más, su nombre, igualmente la obligó a no participar de la final en Wembley.

El nombre de la delantera tardó en ser substituido en la alineación oficial pero, ya era un hecho que Popp no jugaría ante los 87,192 aficionados reunidos en la Catedral del Fútbol. La cámara la tomó entonando el himno con tanta pasión desde fuera del campo, que resultaba increíble pensar que no tendría minutos de juego. Todavía sobre la banda, le vimos calentar, con la ilusión custodiada por un halo de esperanza. No obstante, Inglaterra se coronó campeona sin el riesgo de enfrentarse a una auténtica fiera al ataque. Corazón, garra y emblema de Alemania, Alex fungió como pieza clave para un equipo cada vez más cerca de recuperar el trono que, por muchos años, ocupó en Europa. Pese a todo, quizá, la grandeza de Popp se entiende mejor así, en su ausencia, porque el vacío de una leyenda nada lo puede suplantar.

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