Infancia es destino
De México.
Todos recordamos el nombre del jugador por el que empezamos a practicar fútbol, por el que nos hicimos hinchas de un equipo, o simplemente conocimos este adictivo deporte. Messi, Cristiano, Mbappé, Vinícius, son nombres con los que niños y niñas crecerán y se apasionarán; algunos en el ocaso de su carrera, y otros al inicio de ella, pero todos de jugadores. Por desgracia, aún cuando futbolista como Megan Rapinoe, Alex Morgan, Ada Hegerberg, Martens o Jackobsson, se han convertido en las protagonistas de grandes historias y los rotros de marcas alrededor del mundo, no son tan conocidas entre los aficionados más jóvenes.
Todos recordamos el nombre del jugador por el que empezamos a practicar fútbol, por el que nos hicimos hinchas de un equipo, o simplemente conocimos este adictivo deporte. Messi, Cristiano, Mbappé, Vinícius, son nombres con los que niños y niñas crecerán y se apasionarán; algunos en el ocaso de su carrera, y otros al inicio de ella, pero todos de jugadores. Por desgracia, aún cuando futbolista como Megan Rapinoe, Alex Morgan, Ada Hegerberg, Martens o Jackobsson, se han convertido en las protagonistas de grandes historias y los rotros de marcas alrededor del mundo, no son tan conocidas entre los aficionados más jóvenes.
En promedio, un niño conoce de fútbol a la edad de cuatro o cinco años, cuando mira en la televisión a la selección de su país y logra identificarse no sólo con el juego, sino también con los futbolistas. Sin embargo, no pasa lo mismo con las niñas, que llegan a conocer de las jugadoras y sus equipos hasta los siete u ocho años, cuando, gracias a diversos medios electrónicos, pueden acceder a información sobre fútbol femenino. Tal vez la diferencia de años podría no significar mucho, y existirán casos donde las niñas conozcan de mujeres futbolista antes, no obstante, los dos o tres años de rezago significan mucho en términos deportivos.
En principio, notamos una falta de difusión importante acerca del fútbol femenino. Desde los horarios de partido hasta el número de medios encargados de su transmisión y seguimiento, queda claro que no existe demasiado interés por ellos. Transmitir eventos a la misma hora que los encuentros de la Liga MX o de la UEFA Women´s Champions League, por poner un ejemplo, deja en desventaja a los encuentros deportivos pues, obliga al espectador a elegir por el de mayor popularidad, que lamentablemente no son los torneos femeninos.
De la misma manera, existen cientos de periodistas que jornada tras jornada analizan cada una de las ligas varoniles, los jugadores y estadísticas que dejan, pero pocos dedican espacios, comentarios, y ya no digamos textos, para hablar de las futbolistas, sus equipos y competiciones. Si bien es cierto, en los últimos años ha crecido la difusión de la Liga Iberdrola o del Mundial Femenino, también es cierto que su impacto se difumina con el tiempo. Solamente cuando una jugadora, club o liga se vuelve la protagonista de una noticia importante, el fútbol femenino acapara las portadas. De otra manera, la mayoría de medios prefieren seguir hablando del paso de Chicharito a la MLS en lugar del premio MARCA de Charlyn Corral.
En otro factor importante es el hecho de que niñas, adolescentes, tengan interés por el fútbol a una edad avanzada en el deporte. Lo anterior, impide que desarrollen una técnica y condición proporcional a la de los hombres. Una niña que conoce de Amanda Sampedro a los seis años, tendrá una desventaja de dos años en comparación con un niño a quien el padre llevó a la escuela de fútbol desde los cuatro. En este sentido, mientras a un hijo se le inculca el balonpié desde el principio, la hija debe pedir al padre o madre la inscriban en una escuela o equipo.
Asimismo, esto nos permite ver que, el número de escuelas de fútbol para niñas, pese a seguir incrementado, no es el mismo que hay para niños. Una reflexión que se ve reflejada en la Selección Mexicana, donde apenas este año se comenzó a buscar jugadoras para integrar la categoría Sub-15. Quizá no importe tanto el cómo o el por quién empezamos a seguir este maravilloso deporte pero, sí cuándo lo hacemos. Hacer que sean más niñas las que conozcan de jugadoras y equipos femeninos no asegura nada, ni siquiera que se apasionen por este deporte, pero que tengan la oportunidad de conocer sus rostros y nombres, les hace saber que sí, es posible ser futbolista, triunfar y convertirse en un ídolo de la infancia para siguientes generaciones.
Comentarios
Publicar un comentario