El Camino de la Heroína
De Bath, Reino Unido.
Todas las personas
conocemos el Camino del Héroe, esa narrativa
tan presente en la literatura como en el cine. Desde el llamado casi divino que
recibe el protagonista, los obstáculos que debe sortear durante su aventura, la
cruzada definitiva en la que le vemos caer hasta que, finalmente, logra
consagrarse por todo lo alto. Una fórmula que, las veces que se combina con el
deporte, nos regala épicas dignas de ser escritas por los grandes poetas
romanos. Sin embargo, este camino de transición parece pertenecer solo a los
hombres, a los Pelé, Phelps o Del Potro, que se han consagrado como leyendas a en
sus diferentes disciplinas.
Quizá en años
recientes, después de varias generaciones de lucha, en el ámbito deportivo por fin vemos alcanzada la
cima por mujeres. Tenemos referentes como las hermanas
Williams, Ada Hegerberg o Alejandra Orozco, que demuestran que las heroínas son
reales. Figuras que, en conjunto, han forjado el camino hacia lo que se decía
imposible. No obstante, prevalecen cumbres sin senderos claros, con pasajes más
adversos y menos aventureras victoriosas. Tal es el caso del automovilismo,
donde desde hace 46 años, ninguna mujer ha corrido en el máximo circuito: la Fórmula
1. Un deporte en el que han aparecido personajes importantes como Susie Wolff,
Claire Williams y Catherine Bond Muir pero, ninguna como verdadera
protagonista.
Una constante que,
gracias a la aparición de la W Series, hoy parece cambiar de velocidad. La
competición de motor exclusiva para mujeres otorga a las pilotas un punto de partida
con mayores oportunidades de crecimiento. No es ningún secreto que, el
automovilismo es uno de los deportes más caros, donde se requiere de
patrocinadores para seguir creciendo. De ahí que, la visibilidad dada por la W
Series, sea de gran importancia para el talento joven femenil. Sin embargo,
esta no es otra típica historia de héroes; aquí los antagonistas se multiplican,
son pocas las personas que alientan a la heroína a seguir adelante, mientras el
objetivo parece más lejano a cada paso. Pese a ello, ninguna cede, prevaleciendo
a cada prueba, comenzando así la conquista de un nuevo horizonte.
Como tantas veces, existe
una que destaca sobre las demás, como es el caso de la dos veces campeona de la
W Series, Jamie Chadwick. Curiosamente, la británica no estaba muy convencida
de participar en esta competición pero, la falta de espacios y de promotores,
le hicieron entender que este campeonato brinda algo más que un simple título.
Quince puntos para buscar obtener la Superlicencia de la FIA (necesaria para
correr en la máxima categoría), además de un premio económico de medio millón
de euros a la campeona, han sido de vital importancia para que Chadwick logre
seguir su carrera como pilota. Una trayectoria durante la cual, hasta finales
de 2021, logró sumar los puntos necesarios para pensar en el siguiente paso
hacia la F1, sin que esto allá sido posible.
Aunque su talento
detrás del volante haya sido demostrado una y otra vez tanto en la W Series
como el Campeonado Asiático F3, Jamie no logró un asiento en la Fórmula 3, el
paso natural para los pilotos. Lo anterior, dejando en claro que, la equidad de
género sigue alejada de los circuitos, al igual que todo a su alrededor. El
tamaño de la cabina, el asiento y los pedales de los autos están diseñados para
hombres, incluso los trajes de carrera. Sobre esto, Jamie contó en un texto
escrito por ella que, para la primera edición de la W Series, Puma entregó
trajes con mangas demasiado largas para las pilotas, por lo que todos los
atuendos tuvieron que ser cambiados. Un antecedente que sirvió para que, la
misma marca, se convirtiera en la primera con diseños confeccionados
específicamente para mujeres.
Por ahora, Chadwick
volverá a disputar la W Series, donde buscará su tercer título, esta vez, bajo
el patrocinio del recién incorporado equipo Jenner Racing. Una marca con la que
se espera, la pilota británica, pueda formar un buen vínculo, que termine de impulsar
su carrera y acrecentar su figura, aunque esta ya sea emblemática. En su último
campeonato, logró compartir su logro con la legendaria escudería Williams, para
la que trabaja como pilota de desarrollo. Evidentemente, aunque convertida en
una auténtica heroína, su camino todavía continúa, con la meta más clara que
nunca. “Quiero ser la siguiente pilota en la Fórmula 1. (…) Pero si no soy yo,
entonces espero poder dejar las cosas mejor de lo que las encontré para la
próxima generación” afirma Jamie, mientras la historia apenas
comienza.
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