Balón dividido

 

Foto: Twitter


De Ucrania. 

Sin duda, el fútbol moderno se encuentra estrechamente relacionado con la política. Un ámbito que, a nivel internacional, permanece tenso, a la espera de lo que pueda ocurrir entre Estados Unidos y Rusia, con Ucrania como la principal afectada. Por supuesto, las diferencias entre naciones vecinas, no resulta ninguna novedad pues, desde la desaparición de la URSS, cuando Ucrania logró su independencia, ambos países han permanecido en conflicto. La principal razón ha sido la lucha de ideologías, con un grupo de prorrusas, respaldado por el gobierno de Putin, que buscan evitar cualquier alianza o apoyo de la Unión Europea para con Ucrania. Una disputa que se ha trasladado a diferentes niveles, incluyendo el deporte.

En el caso concreto del fútbol, a nivel selecciones, Ucrania y Rusia no pueden enfrentarse, lo que, podría derivar en un antecedente histórico en el balompié. Aunque este encuentro no es el único prohibido por la FIFA, en la presente fase de clasificación rumbo a Qatar 2022, ambas escuadras estarían buscando uno de los tres últimos boletos que otorga la UEFA. Es verdad que, Rusia y Ucrania participarán en grupos distintos en esta segunda etapa pero, en caso de que ambos países logren clasificar al Mundial, la FIFA se vería forzada a debatir una solución para prevenir que, dichas selecciones, se vean enfrentadas. Desde la fase de grupos hasta la final, el máximo organismo del fútbol se enfrentaría a una labor nunca antes vista.

Claro está que, en el hipotético caso, también se podrían presentar protestas de otras Federaciones si las decisiones de la FIFA llegaran a afectar el rendimiento del resto de equipos. Sin embargo, este escenario parece poco probable, dados los próximos rivales a vencer. En el caso de Rusia, Polonia representa un rival para nada fácil, con Lewandwoski buscando participar en su segunda justa mundialista. Asimismo, Ucrania, deberá superar a Escocia para acercarse a tan anhelado boleto, lo que resulta una tarea difícil considerando las últimas actuaciones del cuadro escocés. En este sentido, FIFA podría estar confiada en que, no será necesario tomar medidas extraordinarias, evitando una catastrófica polémica.

Curiosamente, el fútbol sala está exento de este posible escenario pues, en dicha categoría, Ucrania y Rusia no tienen prohibidos sus encuentros, enfrentándose incluso de manera reciente en las semifinales europeas. En cambio, otro de los efectos colaterales de la división política en Ucrania, es la imposibilidad del Shakhtar Donetsk para jugar en su estadio. Situado en una zona de disturbios, el Donbás-Arena ha tenido que ser remplazado por el Estadio Olímpico de Kiev, donde el Shakhtar ahora juega como local. Además, el fichaje del ucraniano Rakitskiy por el Zenit, o el lema estampado en el uniforme de Ucrania, Gloria a Ucrania, también forman parte de esta disyuntiva llevada al fútbol. De esa manera, desafortunadamente, el conflicto entre estas naciones, nos recuerdan que, la cancha es una extensión de nuestra realidad.


Información recuoerada de: Gorka Urresola en Twitter (@gorkaurresola)


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