Una mujer puede ganar el Dakar
De Dakar, Senegal.
Después de un breve paso por las
competiciones en moto, Jutta Kleinschmidt decidió cambiar las dos ruedas por cuatro.
Fue en 1994 cuando, habiendo ganado el Paris-Cape Town y el Rally de los Faraones,
la pilota nacida en Colonia, debutó en un vehículo 4x4 en Túnez. Tres años más
tarde, firmó con la escudería de Schlesser, dispuesto a convertirse en el máximo
rival de la alemana. En aquel 1997, Kleinschmidt se clasificó quinta, convirtiéndose
en la primera mujer en ganar una etapa en el rally de Dakar. De esa forma
comenzaría la persecución por el sueño, uno que según el propio creador del
circuito corresponde solo a los que se quedan, y vaya si Kleinschmidt se quedó.
Durante cuatro años no desistió, e inició el recorrido una y otra vez hasta
ganarlo.
En 1998, un vergonzoso episodio con
Schlesser, que le obligó a detenerse cuando Kleinschmidt marchaba por delante de
él. Aquella ocasión, el rally salió de París, atravesó España, y terminó por
llenar el paisaje de dunas. Otro año en el que la pilota tuvo una buena
actuación pero, fue Jean-Pierre Fontenay quien logró su primer premio en Dakar.
La alemana decidió cambiar de equipo, fichó por Mitsubishi y, en 1999, ya
estaba en el podio. Granada se convertía por tercera vez en la ciudad de
salida, mientras Jutta era la primera mujer en liderar, momentáneamente, la clasificación
general. Al año siguiente, una de las ediciones más sorpresivas en la historia
del Dakar. Por primera vez, el rally se adentra en África. Las amenazas
terroristas hacían temblar la competición, se trazaba un puente aéreo para
continuar la ruta, y Kleinschmidt terminaba subcampeona.
Los últimos kilómetros fueron claves en
la edición de 2000. Jutta terminó cediendo a Schlesser, finalizando con 233
puntos históricos. Sin embargo, su legado en el deporte de motor sería más
grande. Así lo pronosticaba la compañía nipona que, comenzó una campaña
publicitaria bajo el lema Una mujer puede
correr Dakar con nuestro coche, tú también puedes hacerlo. El rally cumplía
23 años desde su primera edición, los cuales serían celebrados con la primera
victoria de una mujer. Triunfo providencial cargado de imprevistos, como los
grandes capítulos en el deporte. Jutta tuvo una campaña sólida, aunque las expectativas
no apuntaban tan alto. No obstante, el escenario se preparaba para algo nunca
antes visto. Schlesser era sancionado por salir en la penúltima etapa desde una
posición que no le correspondía. Mientras, Masuoka y Servià se veían involucrados
en una pelea por el liderato, que terminó siendo contraproducente, dejándolos
fuera.
Dakar aparecía vacía, solitaria. Frente a Kleinschmidt nada excepto su sueño. A inicios de 2001, el equipo estuvo a punto de no renovarle pero, había sido tal el sacrificio de Jutta que, el destino lo terminó forjando ella. Mitsubishi apostó por la pilota para terminar el rally como campeona. Fueron 25 kilómetros los que prolongaron uno de los momentos más emblemáticos en la historia del deporte de motor. Finalmente, el buggy de Kleinschmidt apareció a un costado del Lago Rosa para regalar una postal única. La de una mujer que conquistó el desierto. Hubo quienes se negaron a aceptarlo, como Schlesser, quien impugnó la victoria solo para que la FIA terminara por ratificarla. Después del triunfo, Jutta logró cambiar la visión de las mujeres en las carreras, además del lema de la fabricante de autos. Una mujer puede ganar Dakar con nuestro coche, tú también puedes hacerlo.
Información recuperada de: Guía Histórica de Dakar; Biografías y Vidas.
Comentarios
Publicar un comentario