Otra clase de partido
De Køge, Dinamarca.
Este no es Anfield en 1960. Es el Køge
Stadion albergando la fase grupos de la UWCL. No obstante, el ambiente nos
recuerda al futbol de antaño. La gente se reúne cerca del campo. Una valla
divide a la afición de las jugadoras. Las gradas se llenan, suena el himno y
así comienza el partido. En la cancha, las actuales campeonas de Europa contra
las campeonas de Dinamarca. Esta es la primera vez que el Køge se clasifica al
torneo continental. Las danesas saben que enfrente tienen a la goleadora de la
temporada pasada, que el Barça promedia seis goles por partido, y además de
ganar, saben tocar el balón. Pero nada de eso parece preocuparlas.
También saben que esta es una noche de
UWCL, donde la magia y la fortuna no conocen favoritas. A los cinco minutos de
juego, una sonrisa en la cara de Esther. La silbante nos anticipa lo que el Køge
está a punto de lograr. El Barcelona está desconcertado, su medio campo no logra
conectar, sin Putellas, parece carecer de brújula en sus pases. Pasean el balón
de izquierda a derecha, tiros largos al frente, buscando permanentemente a la
que siempre tiene todo claro. Graham procura moverse al espacio, generar
peligro, meter centros, tirar balones al pie de la compañera, apoyar en defensa
pero, este Barça no es el que anticipábamos. Las blaugranas, hoy de amarillo,
tienen el balón sin poder desplegar el buen futbol que enamoró a todo un
continente.
Por el contrario. Durante la primera
mitad, es el Køge quien pasea la pelota entre líneas, quien gana a la espalda
de las defensas y genera oportunidades en el área de Paños. A los veinte
minutos, la capitana, Carusa, comanda el ataque, asiste a Nielsen y le recuerda
a la afición del Barcelona lo que es el suspenso. Como pocas veces, Torrejón es
anulada, le ganan los duelos, le quitan el balón y corre hacia su propia
portería. Del otro lado del campo, a Jenni le siguen tres, hasta cuatro futbolistas
del Køge. Imposible darse la vuelta. Martens debe retroceder para recoger el
balón y ganar metros. En cambio, Engen parece alejada. Cerca del final del
partido, Nielsen roba el balón, la defensa blaugrana a la persecución, encara a
Paños, quien se interpone como último recurso.
Giraldez ha recorrido cada centímetro dentro del área técnica. El Barcelona necesita control, orden, necesita a María León. Imposible culparle por la alineación titular, queriendo rotar jugadoras. Sin embargo, hay piezas que hasta para un reloj suizo resultan indispensables. Ese pilar capaz de sostener al Barcelona es Mapi, que inspira confianza en el fondo y determinación al ataque. La segunda mitad tiene otra cara. El Køge apuesta por defender el empate, lo que resulta insostenible. León sale del campo después de un choque contra Pokorny, y acto seguido Rölfo debuta como goleadora. La realidad golpea el marcador. Hermoso también se reencuentra con el gol pero, esa parece la única alegría blaugrana, el resto lo ha hecho el Køge, que con su valentía y determinación nos recuerdan la magia de una noche de UWCL.
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