El segundo amor

 

Foto: DeporPuebla


De México a Barcelona. 

La globalización del futbol, así como la exportación de talento al viejo continente, han conllevado que millones de aficionados alrededor del mundo encuentren un segundo, o hasta un tercer equipo al cual seguir. Desde los románticos que se enamoran de historias como la del Leicester, hasta los más ambiciosos que empatizan con el futbol demoledor del Bayern, son millones los que ha adoptado un segundo amor. La mayoría de los aficionados en Latinoamérica, visten dos camisetas, la de un equipo nacional y otro extranjero. En el caso mexicano, la euforia por el pentapichichi, Hugo Sánchez, llevo a una gran parte del país a hinchar por el Real Madrid. No obstante, entrado el siglo XXI, la diversidad de equipos europeos incremento entre la afición, hasta ser hoy el Barcelona el club más seguido en México.

La simpatía por un equipo puede nacer de compartir algún ideal o filosofía, por el deleite de verle jugar, o lo que ocurre en el caso mexicano, cuando los índices de popularidad aumentan gracias al fichaje de un o una futbolista nacional. Así como Hugo representó un estandarte para México en el Real Madrid, otros como Rafa Márquez, Javier Hernández y Charlyn Corral lo han sido en una época más reciente. Sin embargo, este no parece el único, ni el más importante factor para los cerca de cuatro millones de mexicanos que apoyan al Barcelona. Es verdad que, el equipo blaugrana ha contado entre sus filas con importantes jugadores/ras tricolores pero, existen clubes como el PSV o el Atleti, que han fichado a un mayor número.

En diversas ocasiones, el lema del Barcelona se ha visto traicionado, aunque eso no ha impedido que las nuevas generaciones lo adopten como parte de sus vidas. Més que un club son cuatro palabras que componen el principal motivo por el que, no solo en México, sino en todo el mundo, el Barcelona ha conquistado el cariño y lealtad de sus aficionados. Sin duda, la cualidad más grande, y más explotada del hincha, es su fe en el equipo. Una virtud incondicional que ha impulsado a miles de niños y niñas a perseguir el sueño del futbol profesional. No por nada el éxito de la Barça Academy en Puebla (México), que este año ha visto nacer a su primera promesa. Se trata de Mateo James Shmidly, un jugador de apenas trece años que dará su siguiente paso al ser seleccionado para ingresar en la residencia del Barça en Arizona.

Desde temprana edad, Mateo descubrió el amor por el balón, jugando en diferentes equipos pero, fue como blaugrana cuando afirmó su pasión por este deporte. Según la familia de Mateo, fueron el sistema de juego y valores de la institución los que los llevaron a confiar en el sueño del joven futbolista. Sin duda, los títulos y las estrellas importan, dan visibilidad y credibilidad a un equipo pero, en el caso del Barcelona, es su continúo intento por ser algo más que un equipo lo que lo vuelve un club muy reconocido. La línea entre la esencia y la mercadotecnia es cada vez más difusa, con los intereses imponiéndose sobre la filosofía en muchas ocasiones. Aún con ello, el equipo catalán ha logrado acaparar la afición extranjera, superando incluso a un fenómeno tan grande como el de Hugo Sánchez en México.


Información recuperada de: Barça Academy.


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